te prometo el Mediterráneo.
domingo, 7 de julio de 2013
Te prometo el Mediterráneo dibujado sobre la cota de malla
de la armadura de sal y azufre que vistes en cada una de tus
batallas.
Te prometo el mar tan cálido y húmedo como mi piel tras tus
labios,
el océano infinito como fuego fatuo de tus pesadillas y mis
sueños.
Te prometo el mediterráneo verde coral, azul cielo, negro
agujero
te prometo el mar de colores radiactivos y de radiactividad
cero.
Te prometo una ola profunda en la
que ahogar las penas
(pues el ron debe
estar matándote el hígado, amor, y yo prefiero matar tus miedos)
pero te prometo también la superficie lisa del mar Egeo para
que puedas ver tu reflejo
tal y como te veo yo cuando abro los ojos y me pesan los
párpados y la cabeza me explota
pero te veo y entonces la pierdo y algo explota pero no tan
arriba, sino al sur de mi cuerpo.
Así te veo yo con resaca y la luz perforando agujeros en las
persianas para colarse y matar nuestra mañana, tal y como te ves tú reflejado
en la calma de un mar muerto.
Y te prometo un océano que separe dos mundos y los una, a su
vez, con su agua y con sus playas de arena y piedra pues tú y yo no somos más
que un mundo solo.
No somos más que dos hemisferios (in)separados por nuestro propio muro de Berlín hecho de piedra y
sal.
Te prometo, entonces, el Mediterráneo sin invierno y sin
veranos, sin boyas y sin barcos;
te prometo el Mediterráneo de tus ojos anegados, de tus
pulmones encharcados;
te prometo el Mediterráneo de los cigarros a pachas, de las
botellas tumbadas;
te prometo el Mediterráneo sin faros y sin puertos, sin
horizonte y sin marea;
te prometo, cariño, el Mediterráneo seco y húmedo, desierto
y Antártida;
te lo prometo mientras te hundo en la gravedad cero de tu
mal de altura, de tus sueños rotos, de los mares que inundan tu colchón y tu
pecho.
Te prometo el Mediterráneo dibujado a salitre en tu piel
radiactiva
y espero que te lo bebas cuando me eches de menos
(no creo que sea más tóxico que tu recuerdo)
Etiquetas: Cielo abierto
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