"Las balas perdidas también causan heridas."


sígueme
blog personal / twitter
← antes después →
reducirse a pedazos
jueves, 7 de febrero de 2013
Y, con una necesidad repentina y casi torturadora, Klaus salvó ese espacio que les separaba besando a Albine con toda la fiereza que pudo conseguir. La besó con tanta fuerza que podía haberla partido en pedazos, porque quería partirla en pedazos y marcarlos todos con su nombre. Quería convertirla en trozos tan pequeños que solo él fuera capaz de reconstruirlos, para que así le perteneciera por completo tanto ella como su integridad. Quería que ella dependiera de él tanto como estaba empezando a depender él de ella, que le suplicara su perdón como él acababa de suplicarle el suyo.

Quería que Albine sintiera en su piel la necesidad de no separarse nunca, hasta que no supieran donde empezaba uno y acababa el otro.

Lo que no sabía era que ella ya sentía en su piel la necesidad de pertenecerle, de sentirle en su interior hasta que todo lo que pudiera hacer fuera llorar mientras se sentía desintegrarse. No lo sabía pero aun así fue lo que la entregó mientras dejaban que la cena se enfriara y, en el frío suelo de hormigón, la desnudaba para hacerle el amor con la urgencia propia de quien lleva demasiado tiempo sin oxígeno y necesita respirar. Como a quien le arden los pulmones, el ardor de Klaus se encontraba entre sus pantalones.

Hicieron el amor con urgencia pero, sobre todo, con fiereza. Se destrozaron el uno al otro hasta reducirse a pedazos tan pequeños que ninguno de los dos supo identificar cual pertenecía a cada uno. Y así, destruidos y hechos pedazos, dejaron que la cena se enfriara mientras ellos ardían.

Etiquetas:


3 comentarios
layout by ellie. image by Bullet.