no sé quererte mucho, pero sé quererte bien.
Tal vez no sepa quererte mucho, pero sé quererte bien. Sé cómo
acariciarte el cuello para que te den escalofríos y sé cómo te gusta beber la
ginebra. Sé hacerte cosquillas hasta que te cruja el pecho de la risa, sabes
que sé. Sé hacer que todo lo que piensas caiga por los confines de tu abismo,
sé cómo miras por la ventana cuando estás nostálgica. Sé cuándo eres nostalgia
y sé cuándo eres tragedia. Lo sé. Sabes que sé que por mucho que corras en
realidad quieres que te haga la zancadilla, que te tire de rodillas para que
puedas rezarle al dios en el que no crees; sé cuándo te vas lejos para que
te alcance, sé que cuando caes es para que te alce. Sé que tu cruz no es más
que un ramo de flores lanzado a ojos ciegos, sé que no te gusta el blanco y
tampoco el negro. Sé que te gusta el rojo porque es el único color que tiñe la nieve.
viernes, 15 de febrero de 2013
¿Lo ves? Sé quererte. Sé trazar todo tu cuerpo con ojos
cerrados y manos abiertas, sé mirarte a los ojos incluso cuando tú también los
cierras. Sé que no te traga la tierra porque tu ancla está en el cielo, sé que
si se cae a pedazos te anclarás en mi pecho. Sé que te dan miedo los árboles
porque tienen raíces, pero también sé que te gustan más en invierno cuando
están desnudos. Te gusta la desnudez porque crees que las verdades se graban en
la piel. Sé que por eso te tatuarías, que por eso llevarías todo lo que te gritan
tus monstruos dibujado en tu piel de nieve. Lo sé. Sé quererte como nunca he
sabido dejar de respirar.
Lo sé. Y tú lo sabes. Sabes que sé quererte como las calles
infinitas, como los coches sin frenos, como los carteles de neón de las
farmacias en las que ya no hay medicina. Sé quererte como un cementerio, sé
quererte entre muertos porque quererte es vida. Porque quererte es el fin de la
calle infinita, es el freno del coche que nunca frena, es la medicina para la
que ya no hay farmacia. Quererte es desnudarse a piel vacía, a manos llenas y a
ojos cerrados.
Quererte es un abismo de titanio inquebrantable. Quererte es
quebrar el titanio con wolframio. Y romperse.
Quererte es querer romperse porque es reconstruirse.
Etiquetas: Abismos insalvables
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